El organismo es sabio y nos manda avisos para equilibrar mejor los nutrientes
En los últimos meses mucho se ha hablado sobre las consecuencias de un excesivo consumo de carne. Sin embargo la carne roja, es un alimento básico en la dieta de muchos estadounidenses y está presente en todo tipo de platillos muy clásicos y tradicionales. Sin embargo como ocurre con prácticamente todo, demasiado de algo puede ser malo para la salud.
Si bien es cierto que la carne roja es una fuente de proteínas de alta calidad y alimenta al organismo con nutrientes esenciales importantes como es el caso del hierro, zinc y vitamina B12, comer demasiada a través del consumo recurrente de carnes rojas y procesadas se ha relacionado con resultados negativos como un mayor riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas.
No en vano reconocidas organizaciones de salud a nivel mundial, como es el caso concreto de El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer; recomiendan limitar el consumo de carne roja a no más de tres porciones por semana, lo cual es equivalente entre 12 a 18 onzas en total.
Sin embargo se cuenta con datos de la USDA, en los cuales se confirma que el estadounidense promedio consumió cerca de 222.4 libras de carne roja en 2018. ¿Te quieres sorprender? Es el equivalente a casi 10 albóndigas al día (o aproximadamente 10 onzas al día). Lo cierto es que una cuarta parte de los adultos en Estados Unidos, sigue comiendo más carne roja sin procesar que el nivel recomendado según los datos publicados en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics en 2019.
Así que la recomendación en la que coinciden médicos, científicos y nutricionistas, es que debemos limitar nuestro consumo de carnes rojas, la buena noticia es que no es necesario eliminarlas por completo de nuestra dieta. De hecho, la carne roja se puede combinar con otros alimentos ricos en nutrientes como verduras y cereales integrales para crear una comida bien equilibrada. Por lo tanto la cantidad que consumimos se vuelve un aspecto fundamental y que marcará una significativa diferencia, así que la mejor manera de saber si estás comiendo demasiada carne roja es prestar atención al tamaño de las porciones y la frecuencia de consumo. Para mayor contexto: una porción de carne equivale a 3 a 4 onzas, esto es aproximadamente del tamaño de una baraja de cartas o la palma de tu mano. A continuación te presentamos 6 señales bastante sutiles, pero recurrentes y contundentes que pueden indicar un excesivo consumo de carne roja. ¡Toma nota!
1. Estás experimentando aumento de peso
Llevamos años acostumbrados a celebrar todo tipo de ocasiones especiales con platillos que contienen carne de res y hasta cierto punto hacerlo de manera muy puntual, no simboliza mayor problema. Sin embargo cuando con demasiada frecuencia consumimos filetes de gran tamaño y hamburguesas con queso de doble carne, solo vamos acumulando las calorías. La mejor opción es el consumo ocasional de carne y siempre que sea posible optar por elegir porciones razonables de 3 a 4 onzas de carne de res. También es básico seleccionar los cortes más magros como solomillo, filete de falda, lomo en tiras y carne molida 90% magra o más, son aspectos determinantes para vigilar el peso corporal y cumplir nuestros objetivos, sin cortar la carne por completo.
2. Mal aliento
Una de las señales más típicas es padecer de manera mucho más recurrentemente mal aliento y un sabor extraño en la boca. La razón es sencilla cuando digerimos la carne, el cuerpo produce amoniaco como subproducto, de tal modo que el olor a amoníaco puede colarse en toda la cavidad bucal y causar un olor fétido. También cabe mencionar que la carne es uno de los alimentos que se digieren más lentamente y está comprobado que el mal aliento en muchos casos es un problema digestivo.
3. Altos niveles de colesterol
Es bien sabido que el consumo excesivo de grasas saturadas puede aumentar el colesterol en sangre, por lo tanto si estas comiendo grandes cantidades de cortes de carne roja más grasosos, es posible que a mediano y largo plazo los niveles de colesterol y triglicéridos se alteren. Esto a largo plazo se deriva en un mayor riesgo de padecer afecciones cardiovasculares. Apuesta por elegir cortes magros de carne de res, la buena noticia es que actualmente contamos con muchas opciones para tomar desiciones más saludables. Complementario a ello se cuenta con datos liberados por la Asociación Americana del Corazón, en los que sugieren que hasta 6 onzas de carne de res magra son adecuados como parte de una dieta balanceada, que no afectará negativamente los niveles de colesterol.
4. Posible estreñimiento
Lo que sucede con un alto consumo de carne, es que en muchas ocasiones se relaciona con una baja ingesta de fibra de los productos agrícolas, los cereales integrales y las legumbres. De tal modo que una de las más notorias consecuencias será estreñimiento e inflamación. Si bien la carne de res es una de las proteínas más digeribles, comer demasiada probablemente significa que no estás comiendo una dieta equilibrada y rica en vegetales llenos de fibra. Una buena recomendación es siempre consumir la carne como un complemento de abundantes vegetales y cereales integrales, no al revés. También es importante mantenerse bien hidratados, ya que es un aspecto clave para asegurar un buen tránsito intestinal y con ello la evacuación.
5. Posibles problemas de fertilidad
Uno de los principales factores que puede afectar la capacidad para concebir, es la alimentación y de manera particular demasiada carne roja puede estar influyendo más de lo que crees. De hecho según un estudio según un estudio publicado en Fertility and Sterility, la elección de opciones de proteínas a base de plantas o ricas en ácidos grasos omega-3 (como el pescado) y la limitación de las carnes rojas y procesadas resulta en una mejora de la fertilidad en las mujeres. Para los hombres, los datos sugieren que la carne roja procesada se asocia con un recuento mucho más bajo de espermatozoides.
6. Mal olor corporal
Claro que existen circunstancias en las cuales el olor corporal es más intenso, sobre todo cuando realizamos mucha actividad física o nos saltamos las duchas. Sin embargo si de manera destacable sientes un olor corporal mucho más intenso que de costumbre, es tu organismo hablando. De hecho se cuenta con un pequeño estudio realizado en hombres, en el cual se comprobó que los hombres que evitaban la ingesta de carne roja durante 2 semanas tenían un olor más atractivo y agradable en comparación con el aroma natural de quienes comen carne roja.