Eso de que no es oro todo lo que brilla se cumple más que nunca en Instagram, donde un perfil se dedica a avisar de timos, publicidad engañosa o concursos inexistentes sobre perfiles de bastante calado.
«Las redes sociales no siempre reflejan la realidad y aquí tienes el porqué» es el lema de una de las cuentas revelación de los últimos días en Instagram. Se llama ‘Belleza Falsa’ y no es que sean nuevos, es solo que llevan unos días siendo tema de conversación por cómo han detectado que influencers y creadores de contenido directamente engañan a sus seguidores.
Surgida muy poco antes de la pandemia, la cuenta de B.P. (así firman su logo) supera los 150.000 seguidores gracias a la habilidad de sus creadores (no queda claro si es solo una persona o varias) a la hora de exponer casos de retoques descaradísimos y promocionar una imagen fake de lo que es, precisamente, la belleza auténtica.
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Da igual que sea gente con millones de seguidores o perfiles más modestos, nadie escapa del análisis del ojo fotográfico de B.P., aunque siempre -y eso es una norma- pide que los comentarios se hagan con educación. «Faltas de respeto = bloqueo», avisa en muchos de sus post.
Hace falta señalar que Belleza Falsa también tiene a sus críticos, ya que la línea editorial de la cuenta juzga con cierta severidad las operaciones estéticas casi como si fueran un delito o una trampa. Algo que desmienten desde el propio perfil, of course. Por cierto, también tiene presencia en TikTok y Twitter, pero mucho más reducida.
El caso es que en las últimas horas se ha comentado mucho cómo B.P. ha ‘expuesto’ un posible concurso fraudulento de entradas para la Mercedes Fashion Week que hizo Marta Soriano. Al parecer, dos de las ganadoras tenían cierto tufillo porque una era la madre de la influencer, y otra se trataba de una cuenta que no cumplía los requisitos.
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«En una faltaba una M, y cuando vieron que uno de los ganadores (que elige mi repre, no yo) era mi madre, pues le cancelamos el regalo y elegimos otro», se defiende evidentemente enfadada Marta, quien acusa a la cuenta original de ni haberle preguntado. «Así que ni tongo ni tonga», concluye.
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Sea un resbalón o haya algo sospechoso detrás, como sostienen desde sus stories, lo cierto es que Belleza Falsa ha sumado un buen puñado de seguidores deseosos de saber quién no es del todo sincero, quiénes retocan la realidad y quiénes se burlan de sus seguidores, como otros casos que muestra en algunos de sus posts. Como dice en su bio: «¡Más esencia y menos apariencia, por favor!»