Skeepers busca posicionarse en el marketing de influencia al adquirir dos líderes internacionales: Hivency y Octoly.
En los últimos años, el marketing de influencers se ha convertido en un aspecto esencial dentro de este sector, ya que muchas empresas se plantean contar con personalidades para promocionar sus productos con el fin de atraer nuevos clientes y aumentar las ventas.
Sin embargo, ocurre a veces en las que las compañías otorgan su confianza a estos influencers para que sean su imagen de marca y su resultado sea negativo debido a que estas personalidades cuentan con perfiles falsos en sus redes sociales.
Según un informe de Hypeauditor llamado El estado del Marketing de Influencia, solo el 40% de los creadores de contenido activos en todo el mundo «está libre de distintas formas de fraude, como la compra de seguidores o los comentarios pagados».
Eso quiere decir que más de la mitad de las personas que dicen ser influencers han incurrido en alguna ocasión en un engaño de cualquier tipo, ya sea con los seguidores de sus cuentas personales y profesionales o con los clientes.
Con el objetivo de detectar estos fraudes, La Caja Company ha expuesto una serie de aspectos clave que pueden servir de utilidad a las empresas a la hora de contratar a los promotores de sus marcas y revelar si realmente se trata de influencers reales.
Cómo detectar las cuentas ‘fake’
En primer lugar, esta agencia de marketing de contenidos hace mención a los bots automatizados, el tipo de fraude más habitual en estos casos. Se trata de programas habilitados para interaccionar en las redes sociales como si se tratase de una persona real que diera ‘me gusta’, compartiera o comentara.
Otra de las estafas más frecuentes en el marketing digital se refiere a la compra de seguidores. Este fraude consiste en pagar a personas para que creen una comunidad de followers que sostengan la credibilidad de los perfiles de los presuntos influencers.
A pesar de que este es uno de los aspectos más difíciles de controlar, el método más eficaz para descartar un perfil falso es el de realizar una medición de los ‘me gusta’. Según La Caja Company, un ejemplo claro de cuenta fake es la que reúne 100.000 seguidores, pero en sus publicaciones apenas cuenta con una veintena de likes.
Otra de las tácticas más utilizadas por los falsos influencers es la creación de grupos de engagements. Aunque en este caso sí sean personas las que gestionen estas cuentas, que interactúan de forma real, estos intercambios no tienen un valor real debido a que el supuesto individuo influyente no tiene relación con dichos grupos.
Además de por la relación entre los followers’ y las reacciones, comentarios o reproducciones, un perfil demuestra ser falso cuando asciende de forma repentina su número de seguidores. Esto sugiere que no se han sumado por su propia voluntad, sino que han sido comprados.
Junto con el comportamiento de los administradores de estas cuentas fake, corresponde monitorizar el de las personas que se encuentran en sus listas de seguidores. Generalmente, la ubicación de la audiencia suele coincidir con la del supuesto influencer. De este modo, aquellos perfiles que cuenten con seguidores de países o nacionalidades contrarias, suelen ser fraudulentos.
Pasos fundamentales
La Caja Company ha advertido de que el fraude de influencers supone un importante factor de riesgo para las marcas, que antes de contratarles deberían tener en cuenta una serie de requisitos mínimos.
La investigación de su audiencia, la solicitud de referencias sobre esa persona y el uso de herramientas específicas para medir su grado de influencia son tres de los aspectos esenciales a la hora de seguir adelante con el proceso de colaboración.
Conviene también revisar su historial de actividad, es decir, ver cuánto tiempo ha estado publicando, revisar si posee perfiles en otras redes sociales y el número de seguidores con los que cuenta en cada uno de ellos. Además, conviene investigar las marcas con las que ha trabajado previamente, e incluso buscar su nombre en Google.
Ser víctima de un falso influencer puede tener consecuencias graves: desde las pérdidas económicas hasta la pérdida de credibilidad o de confianza de los clientes en dicha marca o empresa que ha contado con estas personas para promocionar sus servicios.