Amanda Bynes reapareció en un podcast lanzado con su amigo Paul Sieminski; la actriz también informó que se sometió a una cirugía en su rostro
Amanda Bynes ha vuelto a ser noticia, pues acaba de lanzar -junto con su amigo Paul Sieminski– un podcast que está disponible en Spotify. Según los propios conductores, habrá pláticas sobre moda, música, actores y actrices. En el primer episodio se presentó una entrevista con la tatuadora Dahlia Moth.
La actriz de 37 años también publicó en sus historias de Instagram un video en el que se muestra con el cabello platinado, pero además informó que se sometió a una cirugía en su rostro: “Vi un par de historias en línea que decían que tengo una nueva apariencia, y nunca antes había sido abierta sobre esto, pero en realidad me sometí a una cirugía de blefaroplastia en los pliegues de la piel en las esquinas de mis ojos. Fue una de las mejores cosas que pude haber hecho por mi confianza en mí misma, y me hizo sentir mucho mejor. Sólo quería publicar sobre eso para aclarar ese rumor de por qué tengo un nuevo look“.
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En otro clip, Amanda dio detalles acerca de por qué su rostro luce diferente en muchas fotografías que le toman en exteriores: “También quería publicar un video para explicar que generalmente no luzco bien en las fotos tomadas por paparazzis. Son tomadas con poca luz, y eso se deja ver en mi piel. Tengo 37 años y eso puede crear sombras, y luzco terrible. Voy a llevarlos afuera para que vean cómo se nota. Así que ése es mi secreto para verme bien”.
Fue hace más de diez años cuando Amanda Bynes era una de las actrices juveniles más populares en Hollywood, con protagónicos en películas como “She’s The Man” y “Big Fat Liar”. Sin embargo, su adicción a las drogas provocó que poco a poco se alejara del medio, siendo diagnosticada con trastorno bipolar. La última cinta en la que trabajó fue “Easy A”, de 2010, en la que compartió créditos con Emma Stone.
En marzo de este año Bynes fue vista deambulando desnuda por calles de Los Ángeles; según medios, ella hizo señas a un auto para que la llevara a un lugar seguro. Ingresó dos veces a un hospital psiquiátrico para ser intervenida, y finalmente se le dio de alta para que siguiera el tratamiento en su casa. El año pasado un juez la liberó de la tutela judicial que estaba a cargo de sus padres.
Por Julio Cortés